Un repaso por las cocinas del último siglo
Cuando pensamos en una cocina es fácil imaginar un espacio lleno de electrodomésticos, con encimeras y mucho espacio de almacenamiento. Pero las cocinas no siempre fueron así. En un principio la cocina no era más que el hogar o lumbre baja donde se realizaba la comida.
La importancia y la evolución de las cocinas ha ido pareja al progreso en el mundo culinario. Cada vez se le empezó a dar más importancia a la alimentación. Hoy en día los grandes chefs son sinónimo de calidad y prestigio. También hay quienes ven la alimentación como un estilo de vida o una forma de cuidar la salud.
Pero vamos paso por paso. Comencemos por principios del siglo XX.
Llega la electricidad
La llegada de la electricidad supuso sin duda un antes y un después en la vida y la sociedad. Aunque este invento está fechado a finales del siglo XIX, en 1879, tardaría en propagarse y en aplicarse en los hogares.
La existencia de iluminación y la mejora de los sistemas de refrigeración permitieron que la cocina fuera ganando cada vez mayor espacio y protagonismo en el hogar.
Avances en el diseño y la arquitectura
El desarrollo de cocinas cada vez más funcionales revolucionó las cocinas tal y como se conocían. Pasaron a convertirse en una estancia de reunión y de disfrute. La lumbre baja dio paso a nuevos fogones, más fáciles de controlar y con mayores posibilidades de cocinado. A lo largo del siglo XX se multiplicaron los inventos relacionados con la cocina: la batidora de brazo, la tostadora, ollas y sartenes más prácticas…
Controlar el fuego
Cuando se consiguió controlar el fuego, el progreso y evolución se enfocó hacia los elementos arquitectónicos que hacían las cocinas más funcionales.
En la década de los 40 comienzan a comercializarse las primeras campanas extractoras, que solucionaban uno de los grandes problemas de las cocinas: eliminar humos y olores.
La cultura culinaria despierta el interés por la cocina. Cada vez hay más adeptos a este mundo que buscan un espacio funcional y a la vez agradable. La cocina deja de ser una estancia menor de la casa, separada y aislada, y se convierte en centro de reunión y disfrute.
Y así llegamos a las cocinas de nuestro día a día. Cocinas donde no nos sorprende ver agua salir de un grifo, encender un fuego sin la necesidad de generar una llama, disponer de una nevera y un congelador para conservar los alimentos…