Las cocinas de nuestras abuelas

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¿Alguna vez te has preguntado cómo eran las cocinas de nuestras abuelas?

Las cocinas de nuestras abuelas

Si hacemos memoria seguramente que uno de los primeros recuerdos que nos vengan sean a través del sentido del olfato. Olor a hogar que se transmitía a través de una cocina siempre en ebullición, donde recetas sencillas se cocinaban a fuego lento.

Seguramente no tenían grandes neveras ni infinidad de condimentos como los que hoy utilizamos en nuestras recetas. La parte principal era la cocina de gas y los utensilios más utilizados eran las ollas.

Su cocina se caracterizaba por los platos de cuchara y las salsas caseras. No utilizaban productos envasados, procesados, con exceso de azúcares, conservantes y colorantes. Todo ello hacía que sus platos, siendo más sencillos, fueran más saludables y apetecibles.

Cocinas sencillas

Hoy parece que necesitamos tener cien mil artículos de cocina para saber cocinar. Rallador, batidora, robot de cocina, olla rápida… forman parte de las cocinas del siglo XXI. Sin embargo en las cocinas de hace más de 50 años todo esto no existía y se elaboraban deliciosos platos. ¿El secreto?, sencillamente no lo tiene, tan solo buenos ingredientes y tiempo.

El tiempo es un bien escaso que debemos aprender a redistribuir para organizar nuestras prioridades. Por ello las cocinas de hoy en día se organizar y diseñan para mejorar su funcionalidad, a fin de ayudarnos en nuestro día a día.

Hemos pasado de las cocinas sencillas a convertirlas en un espacio principal de la casa. Han dejado de ser solo un lugar para “cocinar” exclusivamente sino donde también se comparte el momento.

Qué no faltaba en la cocina de nuestras abuelas

Tres son los objetos de cocina que más nos acercan a su cocina: el mortero, las varillas y el rodillo de cocina.

Otros utensilios han quedado más o menos relegados, han sido reemplazados por instrumentos eléctricos o se han convertido en meros objetos decorativos. Tal es el caso de los pasapurés, los molinillos de café e incluso las soperas.

Qué debemos aprender de las cocinas de nuestras abuelas

Sin duda nos saldría una lista interminable, por ello tan solo vamos a enumerar algunos consejos a recuperar:

  • Las cosas con tiempo saben mejor: tiempo para cocinar, tiempo para degustar y compartir.
  • Menos es más, no camuflar el sabor con ingredientes innecesarios.
  • Donde comen dos, comen tres; cocinas para compartir.
  • Menos es más: menos sal, menos azúcar, menos ingredientes procesados, menos colorantes, menos grasas…
  • Una vuelta a lo natural: frutas, verduras, hortalizas, legumbres…
  • Recuperar el uso de la cuchara: caldos, sopas, cremas, potajes, consomés…
  • Ingredientes de temporada: te permitirá disfrutar de mayor variedad de recetas a lo largo de todo el año y sacarás mayor sabor a tus platos.
  • No se tira nada, es lo que hoy en día muchos llaman cocina de aprovechamiento.

Gracias por compartir

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