Croquetas con sabor a Semana Santa
A través de unos sencillos pasos te vamos a indicar cómo elaborar unas deliciosas croquetas con sabor a Semana Santa.
En fechas próximas a la Semana Santa, se recuperan recetas que hablan de tradición, sabor e ingredientes naturales. Entre ellos, el bacalao es uno de los productos que más gusta de consumir estos días. Son elaboraciones típicas el bacalao al pil pil, con tomate, en potaje o desmigado en revuelto o ensaladas.
Los más pequeños de la casa, a veces son reacios a comer este tipo de elaboraciones. Así que, pensando en ellos, os proponemos unas ricas croquetas de bacalao. Un entrante especial para los días de Semana Santa que puedes elaborar en cualquier otra época del año. ¿Nos ponemos manos a la obra?
Ingredientes para las croquetas de bacalao:
- 100 g de harina
- 100 g de mantequilla
- 850 ml de leche entera
- Nuez moscada, sal, pimienta negra molida
- Unos 400 gramos de lomo de bacalao desalado o migas de bacalao desalado
- 1 cebolla grande
- Aceite de oliva virgen extra
- 3 huevos
- 100 g de pan rallado
Elaboración:
El primer paso, y fundamental, es desalar el bacalao durante 24-30 horas para quitarle el exceso de sal. Pasado este tiempo, lo secamos bien y desmigamos, quitando bien todas las espinas y la piel.
Si queréis saltaros este primer paso, podéis comprar migas de bacalao desaladas y listas para usar.
A continuación pochamos la cebolla, cortada muy pequeña, en una sartén con un poco de aceite de oliva. Añadimos el bacalao, mezclamos y reservamos. Preparamos la bechamel derritiendo la mantequilla en una cazuela. Incorporamos la harina y removemos, con ayuda de unas varillas, durante un par de minutos. Poco a poco añadimos la leche y seguimos removiendo, a fuego bajo. Es importante evitar los grumos, remover de forma continua durante varios minutos.
Luego, salpimentamos y añadimos la mezcla que teníamos reservada de bacalao y cebolla. Mezclamos bien y seguimos utilizando las varillas mientras la salsa va espesando hasta conseguir una masa que se despegue fácilmente de la cazuela.
Dejamos enfriar la mezcla en una fuente ligeramente engrasada con mantequilla, durante un día en la nevera. Tapamos un film.
Pasado este tiempo, formamos las bolitas, las pasamos por huevo batido y luego por pan rallado. Reservamos una hora en la nevera antes de freírlas en aceite caliente. Doramos y retiramos a una fuente con papel absorbente para quitar el exceso de aceite.
A continuación, llega el momento de probarlas.
Consejos:
Si hemos preparado mucha masa, podemos congelar parte de las croquetas para su uso posterior. El momento justo de hacerlo es después de tener las bolitas hechas y listas para freír. Aconsejamos congelarlas sin amontonar en una fuente hasta que estén bien frías. Posteriormente, se pueden pasar a una bolsa de congelación.
Aconsejamos usar bacalao desalado porque aporta mucho más sabor que el fresco.
A la hora de freírlas, utilizar un cazo hondo para que la croqueta quede toda sumergida en el aceite y se haga por todos sus lados a la vez.
El secreto para hacer unas ricas croquetas está en la salsa bechamel. Dedícale tiempo y cocínala a fuego lento. Acuérdate de dorar la harina antes de incorporar la leche.
Sustituyendo el bacalao por otros ingredientes podrás realizar todo tipo de croquetas: de atún, de pollo, de jamón, de setas… Son una opción perfecta para aprovechar restos como pollo asado o tacos de jamón, y una comida que encanta a los niños.