¿Cómo es una cocina kosher?
Si tuviéramos que definir cómo es una cocina kosher con solo dos conceptos, posiblemente esos serían pulcritud y separación de alimentos. Te explicamos por qué.
Organización de una cocina kosher
Las cocinas kosher se organizan siguiendo las leyes dietéticas del judaísmo, conocidas como kashrut. En ellas se establece que los productos lácteos y los cárnicos deben estar perfectamente separados. Esto implica la separación en todos los procesos. Desde el almacenamiento, hasta el cocinado y consumo. Así, por ejemplo, la carne no se puede conservar ni elaborar en el mismo electrodoméstico que la leche. Tampoco se pueden utilizar los mismos platos, ollas, sartenes o utensilios de cocina.
Por tanto, en una cocina kosher siempre habrá dos zonas perfectamente diferenciadas y separadas, donde nunca se pueden mezclar los alimentos antes mencionados.
Esto implica duplicar el espacio para la zona de trabajo y el almacenamiento. Habrá dos frigoríficos, dos fregaderos, dos hornos, dos juegos de sartenes…
Alimentos kosher
Los alimentos con sello kosher son sinónimo de calidad, limpieza y garantía de cumplir con los preceptos de ingredientes permitidos. Esto significa que los alimentos que se compran con este sello cumplen con los requisitos religiosos necesarios para poder ser consumidos. Entre ellos, consta la prohibición de consumir algunos alimentos como el marisco, cerdo, conejo, avestruz; entre otros, ni derivados que procedan de dichos animales.
Pueden consumir carnes de animales terrestres que sean rumiantes y tenga la pezuña partida, tales como cordero o ternera. Del mar pueden consumir los productos que tengan a la vez aletas y escamas, como el atún o la lubina.
Orden y más orden
En las cocinas kosher reina la pulcritud y la organización. La limpieza debe ser rigurosa para evitar la contaminación o mezcla de alimentos. En las estanterías, armarios y despensas se organizan y etiquetan todos los alimentos para evitar que se mezclen lácteos con cárnicos.
Sin duda, comer en una cocina kosher es sinónimo de calidad y pulcritud, dos conceptos que son extensibles a cualquier tipo de cocina.
